miércoles, 4 de noviembre de 2020

¿Quería decirme algo, míster?


Javier Domínguez García. 2020



Rafael Mujica González,
nació en Las Palmas el 19 de noviembre de 1927. 

De estirpe futbolística canaria por herencia materna, pues era sobrino de un destacado jugador como había sido Juan Gonzalez “el moreno”, medio del Victoria que destacó por su “pachorra” o serenidad asombrosa en el juego, que en cierta medida heredó Rafael.
Su madre se oponía a que jugara al fútbol pues sus cuatro hermanos todos futbolistas, habían tenido tropiezos graves y amargas contrariedades que produjeron en la familia disgustos y preocupaciones por lo que no quería que su hijo tropezara en los mismos obstáculos. Pero esto hacía que la afición y entusiasmo de Rafael aumentaran.

Sus primeros balonazos los pegó en los arenales de las Alcaravaneras hasta que pasó al  Colegio de los Jesuitas donde aprendió las primeras letras y cursó cuatro cursos de bachillerato y desde el patio colegial pasó a jugar, en la categoría llamada entonces de adheridos, en el equipo de la Cicer, con el que se proclama Campeón de Las Palmas en 1943. Sus inicios como amateur lo hace en el Porteño, desde donde se incorpora al Real Victoria del Puerto de la Luz, en 1945 fichando como profesional, aunque tan solo contaba con 17 años y falsificó su fecha de nacimiento. Esto ocasionó que fuera sancionado por la Federación Regional causando un comentado “caso” en el verano de 1946. Con los carboneros alcanzó los títulos de Campeón  Regional y Campeón de Canarias en las temporadas que estuvo en el equipo blanquinegro del Puerto de La Luz. Formó en un potente conjunto junto con Alfonso Silva, Manolo Torres, Delfín Suárez, Pacuco Jorge, y otros destacados futbolistas de la isla de Gran Canaria.

La nueva camada de futbolistas canarios era seguida con atención por los ojeadores peninsulares y la prensa daba noticias sobre el interés del Barcelona y Atlético de Madrid por muchos de ellos entre los que estaba Rafael Mujica. En esa temporada 1946-47 es traspasado al Atlético de Madrid.

El paso de los jugadores de Las Palmas a Madrid se produjo debido al tinerfeño Arsenio Arocha, ojeador del club rojiblanco, el cual no dudó en recomendar la ficha de los canarios del Real Victoria al club del Metropolitano, dado que estaba impresionado por las virtudes técnicas de Silva y la gran promesa que era Mujica.

En el mes de febrero de 1947, el Presidente del Victoria D. Aurelio Montenegro realizaba las gestiones en Madrid,  con la mediación del Marqués de la Florida, miembro de la junta del Atlético, ante el  presidente  Sr Touzón. Las conversaciones fructificaron con el traspaso de Silva y Mujica al club colchonero. Mas de ¡ cincuentamil duros! obtenía el Victoria con la operación.

A los pocos días viajaron en el avión postal los dos jugadores acompañados del directivo victorista Sr Prinz para ser probados por su nuevo equipo en el Metropolitano. Silva, que firmó un contrato con un sueldo mensual de 1.500 pesetas y una ficha anual de 25.000 pesetas, junto a Mujica, que sería cedido para su adaptación a los campos de hierba al Gijón en la siguiente temporada y por el que pagaban una estimable cantidad. Veinte años tenía Rafael cuando debuta en Primera División con el equipo asturiano ante el Celta de Vigo. Juega con los asturianos cuatro partidos del campeonato de Liga 1947-48 haciendo notar su actuación en la última jornada ante su equipo del Atletico de Madrid que les ganó por 2-7 en su campo del Molinón y Mujica hizo uno de los goles de su equipocampeonato de Liga 1947-48 haciendo notar su actuación en la última jornada ante su equipo del Atletico de Madrid que les ganó por 2-7 en su campo del Molinón y Mujica hizo uno de los goles de su equipo


Atlético de Madrid con los jugadores canarios.1952

Mujica (2i), Pantaleón I (3i), Hernández (lobito negro)(3d) de pié

 Miguel(1i), Silva(2i) y Tacoronte(1d) agachados.


La doble confrontación del Atlético con el Stade Française en la primavera de 1948 en París y Madrid sirvió para contratar al guardameta francés Marcel Domingo,  y al magistral interior de origen marroquí, Ben Barek.  También los atléticos  ficharon al sueco Carlsson, figura en los JJ.OO celebrados en Londres. Los colchoneros habían dado la baja a muchos jugadores y la llegada del entrenador argentino Lino Taioli no proporcionó a los rojiblancos ensamblar un conjunto, que aunque gozaba de popularidad en todas sus líneas, no alcanzó los objetivos que se propusieron para la temporada 1948-49. El joven Mujica fue titular en 25 ocasiones y obtuvo 11 goles en esa campaña, donde comenzaba a destacar como un jugador de gran técnica y poderío físico. Su paisano Alfonso Silva jugaba los mismos partidos y hacía cinco goles.


La siguiente temporada fue triunfal para el Atlético de Madrid. Helenio Herrera, a su llegada a España en la temporada anterior había realizado una sorprendente campaña al mando del Valladolid. El entrenador argentino, procedente de Francia, era enormemente popular por sus innovaciones en los sistemas de preparación física de los futbolistas a los que motivaba psicológicamente, y de las estrategias de juego, incluidas sus explosivas declaraciones a la prensa y radio.  Entre los nuevos fichajes rojiblancos estaban el delantero palmero del Victoria, Miguel González  y el marinista José Hernández , apodado como “lobito negro” al poco de actuar en el Metroplitano , quienes llegan a la vez que el nuevo técnico.

La llegada del llamado “el mago” al banquillo rojiblanco aupó al equipo hasta la conquista de dos Ligas consecutivas. En la temporada 1949-50, Helenio Herrera impuso sus métodos pese al público malestar de los jugadores, y acertó a conjuntar otra delantera de campanillas, la formada por Juncosa, Ben Barek, Silva, Carlsson y Escudero. En la primera parte de la Liga el conjunto colchonero no contaba para la obtención del campeonato pues se encontraba en undécima posición. Herrera, que  era muy cuestionado por los seguidores colchoneros, sin embargo vaticina que ¡ganaremos el campeonato! y este vaticinio se cumplió. El conjunto madrileño consigue llegar a la última jornada,  tras una segunda vuelta prodigiosa, con aspiraciones  al título que consiguen en épico partido ante el Valencia en el Metropolitano con ¡empate a cuatro!. En esa histórica  ocasión  formaron en el Atlético de Madrid, los canarios  Farías como defensa, Hernández ”lobito negro” y Mujica en la medular y Silva en la delantera; Mujica marcó el cuarto gol colchonero de penalti y falló otro con 4-3 en el marcador. También el lagunero Durán y Miguel  “el palmero” eran otros canarios de la plantilla rojiblanca proclamados Campeones de Liga. Mujica salió a jugar en 21 partidos y anotó 12 goles.


Silva-Mujica, una media a la perfección


De entrada, con la Liga de 1950, ganada en la última jornada, la continuidad del proyecto de Helenio supuso pocos fichajes, pero uno, Pérez Payá, afectó a la carrera de Silva. Este joven amateur resultó ser un delantero poderoso, tanto que alcanzó la titularidad en detrimento del canario, al que Herrera no llevó al banquillo, sino que retrasó su posición como ya había probado Eizaguirre en la selección española, y Silva empezó a jugar de mediocentro junto a Mujica, pareja que funcionó a la perfección y que colaboró en la reedición del título de Liga para el Atlético, pues volvieron a ser campeones en la 1950-51. 

Helenio Herrera tuvo a su mando un equipo de ensueño, con un juego triangulado de pases repleto de encantos futbolisticos y con una enorme ambición que a la postre le darían los éxitos. El equipo que convirtió la realidad en un mito solía estar formado por: Marcel Domingo; Riera, Aparicio, Lozano; Silva, Mujica; Juncosa, Perez- Payá, Ben Barek, Carlsson y Escudero. Una delicia de equipo que entre otros grandes encuentros realizados durante la temporada destaca el que golearon al Real Madrid en su feudo de Chamartín por un contundente 3-6 con goles de Mujica y Molowny, que era figura merengue. Dos goles de Mujica hicieron atronar  el estadio de la avenida Reina Victoria en la goleada que los rojiblancos (5-1 ) endosaron a su eterno rival el Real Madrid  en la segunda vuelta y  les lanzaba en la conquista del título de Liga.También marcó de penalti a Ramallets en un memorable partido ante el . Madrid con triunfo atlético por 6-4.



Rafael Mujica junto a Alfonso Silva ya en la

U.D.Las Palmas en el Estadio Metropolitano


Una gran personalidad


Era un jugador completo pues se adaptaba a cualquier puesto tanto en la defensa, media o delantera, alineándose de central, medio organizador o de delantero centro. Era un comodín de lujo que hacía el fútbol fácil en sus botas. La crítica deportiva no regateaba elogios y hasta el propio entrenador Herrera hace notar en sus memorias: “Mujica, matizaba el juego del equipo con una desenvoltura que daba la engañosa sensación de estar exenta de esfuerzo, como si el juego fluyera por si sólo...."

El fútbol que salía de sus botas era fácil pero muy efectivo.


En su vida personal, destacaba como galán con las damas y a la menor oportunidad se escapaba del hotel.  Era muy decidido y no tenía miedo a nada. Llegaba alguna vez tarde a los entrenamientos  e incluso a las concentraciones por sus frivolidades nocturnas. Después de un encuentro, sus compañeros se volcaban con elogios por la gran actuación que había tenido Mujica. “Lo que había que hacer es concentrarle después de los partidos” comentaba Ben Barek.



Después de ocho temporadas en el Atlético de Madrid y tras un fugaz paso por Segunda División, para la temporada 1956-57, ficha Mujica por el equipo de su tierra, la U.D. Las Palmas, con quien tiene su debut el 9 de septiembre de 1956 ante el Jaén con triunfo por 2-0. En el Estadio de Balaidos, a la jornada siguiente, obtiene sus dos primeros goles con la camiseta amarilla en un valioso empate a tres ante el Celta.

Su juego y grandes condiciones atléticas eran valoradas por toda la afición canaria que le tenía entre sus ídolos. Sus frivolidades no le afectaban en su rendimiento en el campo. Un día llegó a regresar al lugar de concentración en una tartana con unas señoritas y recibió la reprimenda del entrenador.

Se jugaba un encuentro muy comprometido ante el Valencia y Rafael celebraba su cumpleaños. Encargó dos cajas de cerveza para brindar después del encuentro, colocándolas en el cuarto del masajista Juanito Gil. El equipo canario cuando jugaba en casa , después de ir a misa a la iglesia de los Salesianos, se concentraba en el Bodegón del Pueblo Canario , al lado del Hotel Santa Catalina. Hasta la hora del almuerzo, que era sobre la una de mediodía, los jugadores se entretenían jugando algunos al dominó, otros a las cartas o contemplando los bailes típicos que se celebraban todos los domingos. Ya habían echado en falta a Rafael Mujica que no acudió a la cita y se fue directamente al Estadio Insular. Cuando llegó al vestuario se había tomado unas cuantas ginebras, que era su bebida favorita, alegando que estaba mal del estómago y que le sentaba bien. 

Al verle, el entrenador Satur Grech se mostraba muy contrariado y preocupado con la situación, acudiendo a consultar al médico del equipo, quien aconsejó que se lo llevaran a la ducha y sentaran luego en la camilla. Al poco rato, cuando los jugadores hacían ejercicios dentro del vestuario y habían llamado a uno de los suplentes para hacer el calentamiento, Rafael Mujica se levanta y comienza a equiparse lentamente. Se pone la camiseta del número cinco, las medias y se ata las botas.con parsimonia. El entrenador y el auxiliar, Carmelo Campos, mostrando sus caras de asombro le dicen que no estaba en condiciones de jugar, reprochándole su actitud. 


Rafael, muy serio, les mira fijamente y les dice: 


Estoy bien y puedo jugar. Cuando termine el encuentro me pueden hacer toda clase de reproches pero antes no. 





U.D.Las Palmas

Pepín; Pantaleón II, Beneyto, Mujica, Naranjo, Torres, Betancor de pié

Felo, Vázquez, Larraz, Silva y Macario agachados.


Entonces se coloca en la formación y salta al terreno de juego.  Situado como defensa central junto a Beneyto y Jaco en los laterales. Desde los primeros compases del partido comienza a desarrollar todas sus virtudes, templando el juego siempre con la cabeza erguida, pasando magistralmente el balón, acudiendo  a los quites para corregir los errores de sus compañeros de defensa y cabeceando todos los balones que llegaban a su área con su proverbial elegancia, con sus regates y sus pases largos al hueco. Tantas eran sus facultades y el partido que estaba realizando, que el público en cada intervención le tributaba una prolongada ovación.
Iban transcurriendo los minutos y al Valencia, los canarios lo tenían acorralado en su área,  pero mantenía su portería infranqueable. El meta Goyo y los defensas Quincoces y Mestre, ayudados por Pasieguito y Puchades se multiplicaban para parar a los delanteros insulares Ricardo y Vázquez, que no lograban hacer gol pese al intenso dominio. Mujica desde el centro del campo era un puntal que repartía balones a uno y otro lado.
A ocho minutos escasos del final, Satur Grech hizo un cambio fundamental, que coadyuvó a romper el cerrojo valenciano. Dejó a la defensa liberada completamente de toda carga, llevó a Costa de central y a Mujica, que era esencial en estos casos, al vértice del ataque y  clareó algo el panorama. Metidos ya en los últimos minutos del partido, el gol se veía venir, ya que Las Palmas hilvanaba bien sus avances, pero el Valencia se mantenía incólume. Eran titanes achicando balones. Marcar de lejos era muy problemático, porque los rechaces chocaban entre la muralla de jugadores forasteros. Había que hacer el gol bajo los mismos palos. Y llegó, para tranquilidad de todos, y para dar dos puntos que se merecían los amarillos, a los 85 minutos, cuando Mujica cabeceó a la red, ante aquella maraña de cuerpos, un tiro de Beneyto que había tocado Ricardito. Un gol acogido con gran alborozo en las gradas y aplausos para su autor. 

Pudieron ser dos los goles, si un tiro de Ricardito, a los 87 minutos, no lo salva el milagroso poste, cuando el Valencia intentó dar los últimos coletazos abriendo sus líneas.

Cuando terminó el encuentro, con la victoria canaria, a pesar de los aplausos, Rafael entra muy serio al vestuario y dirigiéndose al técnico le dice:

¿Que es lo que me iba a decir ? ¿Quería decirme algo, míster?

Satur Grech le felicitó con una palmada en su espalda y Carmelo Campos le regalaba una sonrisa irónica. Tras la ducha, Mujica llamó a Juanito Gil para que sacara las cajas de cerveza que guardaba y con los que allí estaban,  celebró su 29 cumpleaños. El entrenador Satur Grech y Carmelo Campos ya se habían marchado del Estadio.


En los rotativos del día siguiente, Rafael Mujica había sido considerado el mejor jugador sobre el terreno de juego. Genio y figura...

Rafael Mujica, retirado del fútbol a los 32 años, se estableció en Madrid donde trabajó en el I.N.E.F., hasta que falleció el 12 de abril de 1987, a los 59 años. 

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