martes, 29 de agosto de 2017

El Riqui - Raca: Su origen está en los gritos de ánimo de los ingleses antes de los partidos de “foot-ball”



El Puerto de La Luz a principios del S.XX

Sin lugar a dudas 1890 representa un cambio sustancial de las estructuras socio-económicas canarias. A partir de esta fecha la capital de Gran Canaria experimentará un crecimiento acelerado,  pues de casi 20.000 habitantes  pasará, en apenas diez años, a los 45.000. El censo de 1910 indica que el número de residentes británicos en Las Palmas había ascendido a 437, frente a los 79 que se registran en la Villa de La Orotava.
Los enclaves portuarios del Archipiélago se transformaron más aún en centros de escala para las flotas mercantes europeas que surcaban el Atlántico Norte y Sur, en particular de cara al avituallamiento de los buques británicos que cubrían las rutas con Africa del Sur, Río de la Plata y la  India Mail  cubierta por vapores correo con la India.
La construcción de La Luz entre 1883-1884 corrió por cuenta del Estado a través de la empresa Swanston and Company, con sede en Londres. Las primeras concesiones de depósitos de carbón en La Luz fueron en 1885 para la firma escocesa canarizada Miller e Hijos, para Blandy Brohers y para la Grand Canary Coaling Company, sucursal de la Elder Dempster de Alfred Lewis Jones. Antes de 1914 vendrían otras casas carboneras del Reino Unido, como Wilson Sons, Cory Brothers y la Compañía Carbonera de Las Palmas, además de la citada Woerman
El gran número de negocios y negociantes británicos de la capital grancanaria explica que la colonia británica fuera numerosa. El inglés y lo inglés estaban presentes en muchos detalles de la vida diaria de los canarios de aquella época: las numerosas empresas británicas como consignatarias, varaderos, astilleros, almacenes, bancos, hoteles,  etc.
  Gran Canaria  se inicia como estación veraniega de los turistas británicos con los  viajeros que hacían con frecuencia la ruta de la India Mail. A partir de 1890 comienzan a actuar compañías en el sector como la Grand Canary Island Company Limited, que dirigida por Alfred L. Jones dispuso de una cadena de cuatro hoteles en Las Palmas, entre ellos, el primitivo Santa Catalina y el Metropole.  Al aumento del movimiento migratorio, y a la creciente moda del viaje, se sumaría la propaganda que la propia colonia británica residente en Canarias hacía entre sus compatriotas, fomentando el turismo en las islas. Así, Mr. Alfred L. Jones consiguió que las navieras rebajasen sus tarifas y facilitasen billetes de ida y vuelta desde Liverpool a precios módicos de 15 a 25 libras, en un intento por acaparar un mayor número de visitantes en Gran Canaria. Con estas facilidades se produjo un verdadero contingente de turistas que a partir de 1887 empezaría a adquirir cierta significación económica.
El deporte fue una actividad que se popularizó en Gran Canaria gracias a los ingleses, que fundaron toda una serie de clubes deportivos. De esta manera podían practicar sus aficiones favoritas, y aliviar el tedio y la monotonía de la vida en las islas. De hecho, la capital grancanaria  podía estar orgullosa de ser «el único puerto donde los visitantes podían encontrar clubes de golf, cricket, lawn tennis y football, sin mencionar croquet y póker»


  
La afluencia cosmopolita del turismo, unida a la natural disposición, contribuyó efizcamente a que se implantaran los deportes mas diversos como el golf, yacht, lawn-tennis, football, automovilismo y otros sports. En Las Palmas surgió el primer club de golf de España y en esta ciudad hubo barrios residenciales con los clásicos chalés ajardinados de tipo inglés, por no hablar de las iglesias anglicanas, los salones de té o los colegios.

“Los maestros en el sport puede decirse que son los ingleses. Ellos desde sus islas dieron a Europa las luchas hípicas del turf, las náuticas del yachting y casi el ciclismo. Sus juegos de crocket, lawn tennis, football, polo, base ball y demas diversiones exóticas tienden a introducirse entre nosotros y no parece que los hijos de Albión tras el arte de hacer dinero y administrarlo, tratan de enseñar al mundo con estos juegos las maneras de gastarlos”. El Progreso.1899.

A principios del siglo XX, el «juego de la pelota» o sea el “foot-ball” era el que más practicaban los ingleses residentes, en los arenales y descampados, de los que una ciudad como Las Palmas disponía en sus proximidades. Tanto es así, que las apasionadas partidas en sábados y días festivos atraían a practicantes y seguidores en gran número y a los que empezaban a asistir los canarios como espectadores.


Los juegos de sport van despertando en Las Palmas aficiones y entusiasmos, sobre todo entre la gente joven, dignos de la mayor atención y de la protección de todos, porque ellos á más de distraer y solazar a una población como esta que se muere de aburrimiento los días festivos, es una gallarda manifestación de la cultura y del vigor físico y moral de un pueblo.”


Una nueva sociedad sportiva acaba de fundarse en esta capital.Lleva el nombre de Asociación Club de Football de Las Palmas (DLP  11.05.1908).Foto Pepe Rivero.La Provincia-DLP.2009.


En pocos años el “juego de la pelota” se va arraigando en la población insular, principalmente por las rutinarias partidas de football que celebraban los sábados los  empleados ingleses, y pronto junto a ellos aparecen  los primeros canarios  que les imitaban en lo de dar patadas a una pelota. Ingleses y canarios llegaron a relacionarse en la práctica de algunos deportes, entremezclándose sin importar las nacionalidades, tal y como evidencia la prensa local, sobre todo en Las Palmas, donde a partir de 1900 parecía como si se hubiesen despertado los entusiasmos por toda clase de deportes.

“hoy rivalizan las diferentes colonias con los hijos del país en un noble estímulo que es poderoso acicate para una propagación intensiva.”

“El sábado último tuvo lugar en el puerto de La Luz un Football Match juego á que tanta afición muestran los ingleses. El juego, que presenciaron más de 600 personas, tuvo lugar entre muchos de los ingleses aquí residentes y los oficiales y marineros del crucero inglés Isis, de estación en estas aguas. En este sport, que por cierto es muy agradable,y presenciaron muchas familias españolas, se distinguieron mucho Mr. Lakeraan y Mr. Mac Clellans pertenecientes al crucero Isis, asi como Mr. Wilson, Mr. Bombioffe, Mr. Bruse, Mr. Phielps y Mr. Vines, de la colonia inglesa que aquí reside. Los partidos contendientes resultaron iguales haciendo tres goals cada uno. “ (DLP  28-10-1902)
El inglés que entendían los canarios

Aunque sólo una pequeña parte de la población isleña pudiera expresarse correctamente en inglés y lo mismo sucediera con los ingleses respecto al castellano, podemos decir que una gran mayoría llegó a familiarizarse con los sonidos, palabras y expresiones básicas de la otra lengua. El isleño empezó a chapurrear el inglés desde niño, cuando se dirigía al "choni" a pedirle "peni, peni", o llamaba al cuchillo canario “naife” 
. Y es que Cuando se produce una convivencia de lenguas dentro de una misma sociedad, aunque los hablantes sean monolingües, sucede que a través de conversaciones oídas por la calle, anuncios o publicaciones, o asistencias a determinados actos sociales (como una fiesta familiar, un entierro, etc.) «el habitante menos versado en la otra lengua se familiariza con ella, y adquiere un conocimiento pasivo de algunas de sus expresiones”. (BADÍA, A.M. 1977. «Lenguas en contacto», en Comunicación y lenguaje. Madrid: Karpos.)

Esto ocurrió sin duda en la capital grancanaria, invadida no sólo por anglohablantes sino por letreros y anuncios en inglés en calles y prensa, donde muchos de los anuncios estaban en lengua inglesa.Alonso Quesada en los "Ingleses de la colonia" : 
"...El gerente ha salido para toda la tarde
a jugar la partida de foot-ball porque es sábado
los demás. como menos, seguimos la tarea
el eterno pan nuestro, de tan eterno amargo !
También en obras como Smoking-room, Las Inquietudes del hall o Banana Warehouse, dejó algunos testimonios literarios muy valiosos sobre las costumbres anglosajonas que singularizaron el primer tercio del siglo XX.  
«Esta ciudad es una pequeña ciudad española... A pesar de sus letreros en inglés. A pesar de sus indios. A pesar de su carbón británico y sus maderas noruegas». 
Otro poeta canario, Tomás Morales, en Las rosas de Hércules, incluyó un poema a la calle de Triana, describiéndola como la calle del Comercio «donde corre sin tasa la esterlina, y es el English spoken, de rigor», presentándonos la imagen del «sol del archipiélago dorando los rótulos en lenguas extranjeras», y señalando que «todo aquí es extranjero.../ extranjero es el tráfico en la vía/ la flota, los talleres y la banca / y la miss...»

El “pitinglis”

Todas las novedades que surgen en las distintas áreas de influencia inglesa, tanto técnicas como sociales, deportivas, culturales e incluso alimenticias, se plasman en nuevas palabras que se van incorporando al habla de los canarios, y al lenguaje usado por la prensa local entre los años  finales del novecientos y principio del S.XX. 
Así, con los nuevos deportes se introducirían muchos términos como player, corner, penalty, free kick, shoot, offside, score, team, goal, goalkeeper, match, referee, sport, sportivo, baseball, golf, golfer, yatch, etc. Muchas de estas palabras se adoptaron temporalmente, y fueron sustituidas con el tiempo por sus equivalentes castellanos, o bien se integraron con las consiguientes adaptaciones fonológicas y ortográficas, como es el caso de fútbol, futbolista, béisbol, gol, tenis, chute, yate, friskqui, etc.
El canario decía choni (de 'Johnny'); guachimán (de 'watchman'); monis (de 'money'); paipa (de 'pipe'); queque (de cake), refré (de 'referee'); tique, (de ticket);  Sanapul (de ‘sun at pole’) o guanijay (de ‘one John Haig’). Otras voces, parecen haberse introducido por vía escrita, como changue (de 'change'); o en las papas como  quinegüa (de King Edward), o “autodate”( de out of date) que surge de una lectura de  los rótulos en  los sacos de embalaje. En el campo de las comidas y bebidas, encontramos  términos como  bistec ( de beefsteack), rosbif (de roastbeef),  cocktail, picnic, sandwich, tea, puding, whisky, o lunch, un término que adquirió el significado de «pequeño refrigerio».
Por otro lado, entre los operarios y gente que trabaja en el puerto se desarrolla un lenguaje práctico para facilitar las operaciones de intercambio que a tal efecto se llevaban en el recinto portuario.
 Este lenguaje formado por las palabras inglesas que onomatopéyicamente entendía el isleño es lo que popularmente conocemos por “pitinglis” muy practicado por los trabajadores portuarios y especialmente por el cambuyón”.

Gritos de ánimos ingleses
Algunas costumbres de los ingleses como cánticos de ánimo, himnos o canciones ,gritos de apoyo  se daban en las primeras confrontaciones deportivas y en especial las futbolísticas. Se utilizaban como elemento de motivación, como activación de la presión justo antes del comienzo de un partido. En muchas crónicas se puede leer “Tras los ‘hurras’ de rigor, el “referee”dió la orden de comienzo del “match”.
En Canarias desde los primeros “matchs” en que los jóvenes ingleses disputaban sus desafíos deportivos se producen gritos de ánimo al inicio de los partidos donde los participantes juntos  y  abrazados gritaban : 
Reach in rank, 
Shine on back , shine on back 
¡hurrah, hurrah, hurrah!

que onomatopéyicamente  los canarios entendían como : 
“ Riqui raca 
Sin bon baca, sin bon bá
¡ hurrá, hurrá, hurrá !

Lo que los deportistas animaban y gritaban era algo así como :

Reach in rank :  Alcancemos el honor.
Shine on back : Brillando las espaldas
shine on back
¡ hurrá, hurrá, hurrá !

Es decir deseaban alcanzar el rango , el triunfo, el honor, con el brillo en la espalda  o sea con el “sudor” del esfuerzo, y lo certificaban con el conocido ¡Hurrah, hurrah, hurrah! , tan británico en las conmemoraciones del imperio en todo lugar donde hubiera una colonia de súbditos de su majestad.

Asimilado por practicantes y aficionados insulares
Este grito de ánimo fue asumido por las multitudes futbolísticas canarias. Según cuenta Eliseo Ojeda
, fundador del Marino CF, fue traído a principio de los años veinte por D. José Rodríguez Sánchez, seguidor marinista, quien al retornar de una larga estancia en Cuba notaba que a su equipo favorito le faltaba un estímulo en sus actuaciones, como se estilaba allá en las américas. Así ensayó con los jugadores marinistas este grito :
“RIQUI-RACA
ZUMBA VACA
¡RA, RA ,RA!
¡MARINO, MARINO!
AAAAH ! “

Después lo propagó entre los seguidores del equipo azul hasta que un buen día , con ocasión de un partido, lo puso en práctica. Tal fue el éxito entre los aficionados, que desde entonces no ha dejado de ser repetido. Primero por los marinistas, luego los victoristas y después los seguidores de cualquier club de las islas. Este grito fué de tal forma asimilado por la afición isleña que lo hizo como el primer canto de apoyo a sus equipos, trasladándose asimismo a cualquier manifestación de alegría del pueblo canario. La letra original varió ligeramente con el transcurso de los años en ambas provincias canarias. 
Evolución hasta los tiempos actuales
Hubo seguidores destacados que con sus gritos de ánimo llevaban a los aficionados de uno u otro club a entonar cánticos y gritos de ánimo desde la grada. En los años treinta destacó Manuel Alonso, seguidor del Marino. Era natural de Agaete y llegó a apostar una “guagua” de su propiedad por su equipo favorito. El grito de ¡Serenidad Marino!  era su divisa.También en esa misma época, el Victoria tenía a un destacado seguidor llamado Enrique al que apodaban “el negro” que desde la grada del “morro” animaba a los carboneros con sus gritos de ¡Animo Victoria! 
El grito de ¡Arriba d’ellos! lo popularizaron unas seguidoras del Club Arenas de las Alcaravaneras en unos partidos de promoción en los años cuarenta. Luego este grito fue asumido por la afición de la U.D.Las Palmas en los partidos de ascenso a Segunda y Primera División.
En los años sesenta el seguidor amarillo Manolo "el pipi", con su cornetín de campaña hizo sonar los ecos del ancestral cántico en el Estadio Insular. Y en los ochenta fue Fernando” el bandera” quien continuó con la tradición desde la grada de naciente del viejo Estadio Insular.
El Riqui-Raca que nosotros hemos cantado tiene una letra mas o menos así:
RIQUI-RACA
SIN-BOM- VACA
SIN-BOM-BAAH!
¡URRÁ, URRÁ, URRÁ!
¡LAS PALMAS, LAS PALMAS!!
¡AAAAH ! (también ¡Y NADIE MAS!)
TRIQUI-TRIQUI-TRI!! (BIS)
Y NADIE MAS!

La versión tinerfeña
El popular grito de ánimo con las confrontaciones interinsulares llegó a la isla de Tenerife donde también fue acogido y practicado por los grupos de aficionados de los distintos clubes.En los años cuarenta del S.XX, entre la afición “chicharrera” destacaba Paco Zuppo, un entusiasta animador que  dirigiendo a la afición desde el centro del campo, antes del comienzo del encuentro, hacía cantar el “riqui-raca” a los seguidores. Se hizo famoso y como “director” actuó en el Estadio Insular desplazado desde Santa Cruz para dirigir los “Riqui Racas” y animar al cuadro amarillo en encuentros de trascendental importancia a principio de los años cincuenta y sesenta Podemos considerar a Zuppo como el principal propagandista del cántico de ánimo y con la Peña Rambla de coro hacía sonar el grito de guerra en el estadio Heliodoro Rodríguez López. La versión tinerfeña es :

“Riqui raca
 zumbarraca sim bon ba, 
riá riá riá, 
Tenerife, Tenerife
 y nadie más”


Hoy nadie entona el popular riqui-raca, del que todavía no he olvidado  su onomatopéyica letra, y que contribuyera a tantas tardes de gloria vividas en el fútbol canario. La diferencia  estriba en el comportamiento de un graderío, que ha olvidado este popular grito de ánimo y ha asumido otros cánticos recientes como “a por ellos” o el diálogo entre graderíos con el “hola donpepito-hola donjosé” puesto de moda en el Heliodoro en los años noventa con el Deportivo Tenerife en la Primera División. 
Desde aquí animamos a la afición canaria a retomar el ancestral cántico pues representa un valor mas en la identidad cultural del Archipiélago.

Información adquirida en : 
FEDAC (Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria).
JABLE. Archivo Digital de Prensa Canaria.ULPGC.
Archivo Histórico Provincial de Las Palmas.
Museo Canario.
British Club

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