Desde hace unos años y tras la implantación del régimen autonómico en España vienen celebrándose unos particulares choques que ya son casi una tradición pero que no dejan de levantar año tras año polémica entre partidarios y detractores.
En el Estado autonómico español se viene solicitando, por los grupos políticos nacionalistas esencialmente, la creación de selecciones deportivas autonómicas que representen al deporte federado de dichas CC AA en competiciones internacionales, sin duda por entender que el deporte es una actividad que por su repercusión pública permite simbolizar de manera idónea la identidad propia que se reivindica.
La motivación política de esta reivindicación, iniciada en Cataluña y normativamente traducida en el País Vasco , no deja lugar a dudas .A partir de la llamada «Declaración de Barcelona», que considera que “el reconocimiento simbólico de la plurinacionalidad del Estado español pasa ineludiblemente por la creación y aceptación de selecciones nacionales deportivas por las diferentes naciones del Estado”, estos amistosos suponen para unas federaciones regionales y para los promotores, casi siempre los gobiernos autonómicos, pérdidas generales que en algún presupuesto se gasta, como en Carnaval. Los gobernates quedan contentos de la explosión popular de nacionalismo siguiendo a sus ídolos deportivos y todos pasamos un rato divertido comiendo sancocho y pellas de gofio, aquí, y bakalao a la vizcaina en Bilbao.
En este tipo de encuentros , quizá sea el factor más sorprendente el deportivo. ¿Qué sentido tienen los partidos de unos equipos que se juntan en su mayoría una vez al año y es la única oportunidad de ver juntos, en el mismo equipo, a jugadores de la tierra, unidos por su “identidad” futbolística?
Antes de que el deporte del fútbol tuviera unas competiciones organizadas como la Copa (1903) y mas tarde la Liga (1929), se disputaban desafíos y disputas con el simple objetivo de la supremacía. Los aficionados querían saber quien era el mejor de entre dos rivales. La simple intuición natural de que en una disputa deportiva, saliera un ganador. Cada equipo mostraba unas artes futbolísticas determinadas para sorprender y vencer a su rival.
Estos “teams” contendientes, podían surgir de entre practicantes en barrios, entre pueblos o ciudades y mas tarde, entre las naciones. Desde los albores del juego del balompié y como tendencia natural de todo grupo social, los ciudadanos encontraban en su su club de fútbol, el ente abstrabto, mental, que los representaba. En cuanto la comunicación entre los pueblos fue en aumento, las disputas se apasionaron y pasaron a ser entre regiones o naciones con miles de seguifdores y poco después desde que comienzan a disputarse las competiciones, se convierte en el Rey de los deportes.
En el fútbol canario fueron célebres las disputas del Marino y Victoria, representantes de los ciudadanos de Las Palmas y el Puerto de La Luz. Durante muchos años fueron eternos rivales. Célebres también las disputas entre Tenerife y Gran Canaria por la supremacía futbolística.
Con la práctica del deporte fueron apareciendo distintas escuelas futbolísticas. Así en España los vascos adquieren fama en su juego por “fuertes” y los andaluces de “afiligranados”, los gallegos "hábiles". Los canarios también crearon su estilo propio.
Desde que un conjunto de futbolistas canarios juegan como Selección Canaria en la Península en 1925, se reconocen en nuestro equipo y sus componentes notables diferencias en la práctica del fútbol con respecto al practicado en otras regiones españolas. Ya sorprenden en sus actuaciones en Valencia, Barcelona y Madrid, donde acuden muchos aficionados a presenciar tanto su presencia como su juego. Desde entonces se reconoce la “Escuela Canaria de Fútbol”. Durante mas de un siglo, esta forma de entender el juego por los deportistas nacidos en las islas ha permanecido y por eso la ilusión de contrastar la valía futbolística de Canarias con la de otra escuela africana, la de Angola, desconocida por nosotros y a la que haremos frente para en buena lid alcanzar el triunfo y soñar que Canarias puede tener también su selección nacional.
Encontrar otras razones que no sean estas en este tipo de encuentros desvirtúa la esencia de las mismas, que no son otras que las del noble valor del deporte y la porfía por ser mejor que el rival.
JAVIER DOMÍNGUEZ GARCÍA.2007
javier.dominguez@telefonica.net
viernes, 28 de diciembre de 2007
Mantener los valores futbolísticos canarios
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1 comentario:
Estimado sr: No veo un apartado donde comunicarme personalmente con usted. El tema no tiene mucho que ver con la noticia expuesta pero si con la historia del fútbol canario. Toda mi vida he jugado al fútbol, compartí equipo con Guayre, Pedro Vega, etc digamos la quinta perdida, porque de autenticos crack que habían en ese equipo ninguno llegó.Sólo los que venían por delante como Angel o los que venían por detrás coo Jorge...Bueno para no cansar mucho, simplemente era una aclaratoria de mis raices futboleras.Mi comentario en cuestión es sobre mi abuelo, tenía muchas fotos de él cuando jugaba en varios equipos creo que en el marino, Victoria, Gran canaria, se llamaba Juan Cruz Gonzalez y se apodaba "el chiringa" se que jugaba con Orlando Florido en entre otros y que su puesto como se decía antiguamente era "medio volante". Los vijos del lugar dicen que mi abuelo era un crack de la época que incluso fue tentado por grandes equipos, me gustaría saber más sobre mi abuelo y si tuviese alguna foto me gustaría verlas. Se que él contribu´ye a la creación de la U.D. pero no leo por ahí nada absolutamente de él. Me gustaría me enviase a mi correo electronico cualquier tipo de información que pudiese ayudarme para seguir investigando.
Muchas Gracias.
mi correo aratxamendi@yahoo.es
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